Cuando pedalea, todo ciclista experimenta un verdadero rito de iniciación. El estado de salida nunca es el mismo que el de llegada. Más allá de la percepción del cansancio, cambiamos por dentro y al mismo tiempo cambia la visión del mundo a nuestro alrededor. Cada aventura es una evolución.
Adlar nace precisamente de esta tensión. La bicicleta como medio para dar el sentido correcto a las cosas y despejar la visión del mundo. Un objeto que al mismo tiempo muta, cambia y se transforma. ¿Y no es ésta, quizás, la definición del gravel?
Hemos observado nuestras bicicletas. Rave SLR: la competición. Jena, Jaroon y Jareen: polivalentes provistas de cuadros distintos, respectivamente, de fibra de carbono, de acero y de aluminio.